No estás solo

Una de las principales razones por la que partí con socios mi camino de emprendimiento era porque no quería hacer esto solo. Créanme es una pésima razón. Sentía que levantar un proyecto era una enorme responsabilidad y quería compartirlo con alguien, sentir que no todo recaía sobre mis hombros. El tiempo me enseñó que no hay forma de escapar de esa responsabilidad y que asociarse no es una forma adecuada de “aminorar” ese riesgo. Asociarse tiene otras responsabilidades asociadas que pueden hacer incluso más difícil el camino (ese tema lo desarrollaré en otro artículo).

Con el tiempo fui armando un equipo de trabajo, delegando responsabilidades, sintiendo esa compañía en el día a día. Pero siempre llegaba un momento, al final del día, que la responsabilidad era sólo mía. Que no importaba lo comprometido que estaba cada uno de los miembros del equipo con el proyecto, todo dependía de mí.

El tiempo fue avanzando y simplemente no tomé atención de esta realidad. Imaginé que simplemente era parte del “cargo”. Sentirse agobiado por las responsabilidades era algo que me parecía lógico y que más da, es parte de las mil y una cosas que he ido aprendiendo del mundo del emprendimiento que no tienen nada que ver con el mundo maravilloso de los startups y los unicornios y tiene más que ver con la cruda realidad.

El año 2012, cuando comencé este camino, me topé con un libro que me llamó mucho la atención “Two brain business”. El libro era escrito por un entrenador – coach que había armado su propio centro de fitness, había fracasado, había contratado un mentor y gracias a su apoyo y el desarrollo de sistemas logró salir adelante y cambiar su “suerte”. A través del libro él buscaba ayudar a otros, contar su historia y mostrar el camino. Adicional al libro fue armando un sistema de mentorías y apoyo para boxes de CrossFit que fue creciendo y volviéndose bastante exitoso. ¿El problema? Su alto precio. Pese a su alto valor, el sitio twobrainbusiness.com incluye mucho material de apoyo y ayuda a los dueños de centros de fitness. A través del tiempo siempre fui sacando ideas y “alimentando” mi curiosidad por aprender a través del sitio.

A principios del 2020, cuando ya mi proyecto había tomado forma y generaba suficientes ingresos (antes del COVID maldito) me decidí a contratar los servicios de la página. Quería conocer de que trataba esto de tener un mentor. Pese a que fue un experimento muy caro es una de las inversiones más valiosas que he realizado. Por culpa del COVID, el “sistema” de mentoría como tal, lo tuvimos que dejar en espera, pero tuve la suerte de que mi mentor me acompaña hasta el día de hoy. Pese a que incluso tuve que dejar de pagar el servicio. A través de toda la pandemia he tenido la suerte de tener alguien con quien conversar y compartir mis ideas de negocio. Esta persona es dueño de un par de boxes, al otro lado del planeta, con el cual conversamos y compartimos ideas. Debo decir que, por primera vez, en todo este tiempo, no me he sentido tan solo y pese que la responsabilidad sigue siendo solo mía, el sentir que puedes conversar con alguien que entiende mis problemas y me comparte una visión fresca respecto a estos.

¿A que apunto con todas estas líneas? Si estás comenzando en este mundo del emprendimiento, busca un mentor. Si ya llevas un buen tiempo emprendiendo, busca un mentor. Realmente puede ser un cambio significativo en el desarrollo de tus proyectos.

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